Believe

Mirando al horizonte, quizás hallemos nuestro norte.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Arriesguemos.

Se encontraban sentados en un banco del parque al que ellos mismo bautizaron "donde siempre". Eran buenos amigos, me atrevería a decir que mejores incluso, lo que ella no sabía es que él no quería ser más solo su mejor amigo, a él no le gustaba verla hablar si luego no podía besarle, no quería verla llorar si luego no podía abrazarla fuertemente y no solo como otro amigo más. Él la quería, pero solo para él. Se moría de ganas por decirle te quiero sincero. Pero el problema es que ella no sabía nada, le veía como un amigo hasta que por fin él se atrevió a decírselo. A ella se le iluminó la cara, se le dibujó una sonrisa en la cara y se la contagió, ambos se miraban distinto a siempre con los ojos más brillantes y la mirada profunda, inversa en los del otro. Se abrazaron fuertemente y ella le susurró al oído: "Me has hecho muy feliz".
Meses después
, tras experimentar, se dieron cuenta que no estaban hechos el uno para el otro. Ahora siguen quedando "donde siempre" se cuentan sus día, sus experiencias y siguen siendo tan amigos como antes.

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